domingo, 4 de mayo de 2014

Garra Rufa (Tercera parte.2)

Entonces, Lester “Papi Garra Rufa” Sadowski no perdió ni un segundo y soltó el miembro en erección de Jared MacAlister. Tan solo lo hizo para introducírselo de nuevo en la boca, impregnado y todo de semen. De esa manera, el viejo Sadowski saboreó y degustó el semen tibio que había surgido del interior de aquel pene a modo de geiser en plena emanación. Y con los puños apretados, el desnudo Jared MacAlister volvió a revolverse y a intentar soltarse de las esposas y del cinturón de halterofilia que lo condenaban a estar inmovilizado sobre aquella cama de matrimonio. Pero no había nada que hacer y el joven Jared MacAlister todavía tuvo que aguantar que Lester Sadowski le chupara y charrupara el pene durante un buen rato, para finalmente sacárselo de la boca y proseguir con la cata. Y es que no conforme aún con lo acometido, Papi Garra Rufa lamió de nuevo a lo largo del pene de Jared MacAlister, de arriba abajo y de abajo a arriba, esta vez para acabar de limpiar y tragarse los restos de semen que todavía quedaban en él.

-¡Cabronazo de mierda…! ¡Me las vas a pagar, te odio!!- le gritó Jared MacAlister a su secuestrador, recuperando algo más de intensidad en la voz.

-¡Te odio, te odio!- empezó a repetir y a burlarse Lester Sadowski de su prisionero, pasando a su vez un dedo por encima de los últimos rastros de semen que todavía se resistían a desaparecer del pene –¡Creo que te vendrá bien un poco de “medicina”, Jared “pies apestosos”!

Y con el dedo con semen en alto, Lester “Papi Garra Rufa” Sadowski se acercó a la cara del indefenso Jared MacAlister y le cogió y arrugó los mofletes hacia adelante con la otra mano.

-¡Nooo!!! ¡Déjame, déjame!!- rogó Jared MacAlister a duras penas con la boca y los labios oprimidos en forma de boquita de pez semiabierta.

Pero el viejo Lester Sadowski estaba decidido a castigar y humillar todavía más a su prisionero. De modo que sin soltarle las mejillas al forzado Jared MacAlister, el viejo Garra Rufa le acercó el dedo de la mano libre repleto de restos de semen a la boca y le ordenó muy serio:

-¡Venga, Jared “pies apestosos”! ¡Chúpame el dedo y prueba tu semen, vamos! Está muy rico, así que chupa… ¡Chupa!!

El indefenso Jared MacAlister movió la cabeza hacia los lados todo lo que pudo y se trató de resistir asqueado y muy agobiado ante aquella nueva exigencia enfermiza de su brutal secuestrador.

-¡Por favor, no! ¡Noo!!- suplicó como pudo el acorralado Jared MacAlister.

Y en ese instante, Lester “Papi Garra Rufa” Sadowski perdió la paciencia y, más amenazante que nunca, le advirtió al tozudo Jared MacAlister:

-Si no me chupas el dedo ahora, bien chupado y sin ningún tipo de mordisco ni cosa rara, te tendrás que atener a las consecuencias, chavalote. ¿Es que quieres que coja las tijeras y empiece a hacerte rajas por la polla para después cortártela, eh? ¿O prefieres que te abra a tijeretazo limpio el escroto para sacarte las pelotitas y ponértelas de collar? Haré las dos cosas si no me obedeces, créeme. ¡Así que no te resistas y chupa!

Así, mediante amenazas, Lester Sadowski logró finalmente lo que buscaba. Temeroso y tembloroso, Jared MacAlister alcanzó el dedazo con semen que le ofrecía Papi Garra Rufa y lo chupó con profundo disgusto. El joven Jared MacAlister cerró los ojos asqueado mientras probaba obligado su propio semen y la áspera piel de aquel viejo energúmeno. Hacía varios segundos que el pene de Jared MacAlister se había ido relajando y ahora, ya se encontraba prácticamente lacio y en reposo. Unas cuantas lágrimas brotaron de nuevo de los ojos cerrados del denigrado Jared MacAlister, que chupaba con desgana y a ratos aquel dedo asqueroso.

-¡Más rápido, va! Quiero más chupadas a mi dedo y más rápido!- le exigió entonces el viejo Sadowski a su prisionero Jared MacAlister manteniéndole los mofletes agarrados para que siguiera con la boca abierta y en posición.


Y acelerando un poco el ritmo, no demasiado, Jared MacAlister todavía tuvo que chupar el dedo de Lester Sadowski durante un rato más. De hecho, hasta que Papi Garra Rufa no soltó las mejillas del chico, éste no se pudo liberar de aquella penosa tarea. Y una vez el viejo Sadowski tuvo el dedo bien alejado de la boca del conmocionado Jared MacAlister -y además, bien limpio de semen-, no dudó en felicitarlo cruelmente y con sorna diciéndole a la par que le daba un par de cachetitos en la mejilla izquierda:

-¡Muy bien! ¡Bien hecho, Jared! Perfecto. Sí, has estado perfecto en el chupeteo de mi dedo, como una verdadera “putilla”. Así me gusta. ¿Verdad que estaba bueno tu semen?

Unos restos resplandecientes de semen quedaron sobre la mejilla izquierda del enmudecido Jared MacAlister. Y gracias a ello, Lester Sadowski recordó que se le había manchado su manaza de semen por más partes, no solo por el dedo. De modo que, mientras se empezaba a chupar y a relamer el canto de su áspera manaza para degustar lo que quedaba en ella del semen del joven Jared MacAlister, Papi Garra Rufa siguió hablando en voz alta exclamando de muy buen humor:

-¡Vamos, Jared, contesta!!! ¿Qué pasa? ¿Se te ha comido la lengua el gato? Bueno, ambos sabemos que al menos yo sí te he comido bien la polla… y esos pies hermosos y enormes…, y otras cosas, machote.

Jared MacAlister apretó los puños y no dejó de mirar fijamente al viejo Sadowski mediante sus penetrantes ojos verdes. Su mirada era de odio y de furia contenida, pero sin embargo el humillado y forzado Jared MacAlister quiso seguir en silencio. Lester “Papi Garra Rufa” Sadowski comprobó cómo incluso los grandes y sensuales pies descalzos de su prisionero Jared MacAlister no se movían. Ni tan siquiera se arqueaba ni uno solo de aquellos suculentos dedos de los pies del chico.

-¡Oh, Jared “pies apestosos”, estás muy tenso!- empezó a decir Lester Sadowski acercándose de nuevo al pie de la cama de matrimonio –Necesitas que te cuide esos pies preciosos un poco más… ¿Verdad que sí?

Y sentándose ya en su hueco del pie de la cama de matrimonio, Lester “Papi Garra Rufa” Sadowski alcanzó de nuevo los pies desnudos de Jared MacAlister y los fue masajeando a la vez, haciendo semicírculos con sus dedazos sobre la piel suave y vulnerable de las plantas de aquellos enormes pies del chico. El inmovilizado Jared MacAlister iba notando como en esta ocasión los ásperos dedos del viejo Sadowski oprimían con más fuerza la superficie de las plantas de sus pies descalzos. Por ello, el joven Jared MacAlister se fue sintiendo más y más incómodo, ya que aquella presión ahora rozaba el dolor. Y si lo que Lester Sadowski pretendía era que su prisionero acabara hablando, lo consiguió porque el chico, el agobiado Jared MacAlister, le gritó de pronto en un tono de voz entre suplicante y furioso:

-¡Para ya, joder!! ¡Me haces daño en los pies! ¡Ya me has hecho de todo! Por favor, déjame ir… ¡¿Qué más quieres?!!!

Más que nunca, el viejo Sadowski pensó que Jared MacAlister era un iluso y un bobo: después de aquel llanto minutos antes, resulta que el chico se había olvidado que le había anunciado que se lo iba a follar hasta reventarlo…; y claro, aquello tenía que ser por detrás… Pero no, Lester Sadowski llegó finalmente a la conclusión mental de que el chaval, Jared MacAlister, solo estaba intentando generarle lástima para que lo soltara. Y ni mucho menos lo haría, ni en broma, aunque ahora pareciera que su joven víctima había dejado de insultarlo. Era todo un detalle, desde luego, y Lester “Papi Garra Rufa” Sadowski también tendría un detalle con él: de momento no le recordaría ni le anunciaría que le iba a dar por culo. Como al ganado que está a punto de entrar al matadero, ahora a Lester Sadowski le interesaba mantener a Jared MacAlister relativamente tranquilo, porque necesitaba algo de su empeño para la siguiente parte de su plan. Y por ese motivo, y de sopetón, el viejo Sadowski cambió los algo brutales y dolorosos toqueteos a los pies desnudos de Jared MacAlister por una sesión de cosquillas.

-¡Noo!! ¡Por favor, no!! Mierda…, cosquillas no… ¡Para, joder!!- empezó a quejarse el pobre Jared MacAlister muy alterado al mismo tiempo que notaba como los dedazos de ambas manos de Lester Sadowski le recorrían las vulnerables plantas de sus pies descalzos a toda velocidad –¡Para…, para!! ¡Ja, ja, ja, ja!! ¡Ja, ja, ja, ja, ja!!!

Por primera vez dentro de aquella maldita casa, Jared MacAlister había empezado a reír a carcajada limpia, sin poderlo evitar, y su cuerpo se retorció como nunca intentando soltarse de sus amarraduras. Y los pies desnudos del joven Jared MacAlister no eran una excepción en aquel movimiento frenético: se iban arqueando y arrugando a medida que Lester Sadowski iba recorriéndolos con sus manazas cosquilleadoras.

-¡Vaya, vaya…, Jared! ¡Qué descubrimiento…! Parece que tienes muchísimas cosquillas en los pies- inició un nuevo discurso Lester Sadowski mientras que ahora cambiaba de sistema y con una manaza agarraba los diez dedos de los pies descalzos de Jared MacAlister y con la otra seguía con las frenéticas cosquillas –Ahora no dirás que te hago daño… Puedes estar bien contento, chavalote.

Con el nuevo sistema, ahora los pies cosquilleados de Jared MacAlister se mantenían más inmóviles, ya que el viejo Sadowski impedía así que se movieran demasiado hacia los lados o que arquearan los jugosos dedos. De verdad que Lester Sadowski estaba disfrutando de aquello y más cuando oía y veía al desesperado Jared MacAlister reírse a pleno pulmón y mostrando sus dientes blancos en todo su esplendor. De hecho, el fuera de sí Jared MacAlister apenas podía hablar de forma coherente y de su boca sólo salían risas y balbuceos que decían:

-¡Ja, ja, ja, ja!!! ¡Para…, ja, ja, ja!!! Para…, no puedo soportarlo, paraaa!!! ¡Joder…!! ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!!! Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!!! ¡Déjame los pies…, joder!! ¡Ja, ja, ja,ja!!! ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!!!

La cara de Jared MacAlister estaba roja como un tomate y el sudor le caía por la frente. Coincidía con el hecho de que Lester “Papi Garra Rufa” Sadowski notaba que los pies desnudos de Jared MacAlister estaban cada vez más cálidos y húmedos: las frenéticas cosquillas los estaban haciendo sudar de lo lindo. Aquello encantaba al viejo Sadowski, que además le había encontrado bien el punto y ahora sabía que la parte de las plantas de los pies del joven Jared MacAlister que tenían más cosquillas era la más blanquecina: la de justo por encima de los talones, la más blandita y que coincidía perfectamente con el puente de ambos pies. La zona del nacimiento de los dedos de los pies de Jared MacAlister también daba sus frutos en forma de carcajadas más intensas, pero desde luego que la zona de los puentes -tensada gracias a que Lester Sadowski le agarraba la punta de los dedos y evitaba así que se contrajera y arrugara- era la parte más cosquilluda y sensible de ambos pies descalzos del secuestrado y desnudo Jared MacAlister. Sin embargo y pese a lo bien que se lo estaba pasando, Lester “Papi Garra Rufa” Sadowski decidió que ya era suficiente y que debían ir por “faena”. Así que tan repentinamente como empezaron, las cosquillas a las plantas de los pies desnudos del joven Jared MacAlister pararon y Papi Garra Rufa se olió la mano con la que le había agarrado al chico la punta de los dedos de los pies. Era increíble cómo aún le podían oler tanto los pies descalzos y sudorosos a Jared MacAlister. Lester Sadowski se maravillaba de ello al comprobar cómo en su manaza había quedado impregnada más que nunca una peste característica a pies de joven postadolescente. Pero después de aquella esnifada a su manaza, Lester “Papi Garra Rufa” Sadowski fue al grano en lo referente a sus propósitos más inmediatos y anunció a Jared MacAlister con toda la naturalidad del mundo:

-Bien, ahora que estás un poco más despejado, Jared “pies apestosos”, es hora de que pasemos a la siguiente fase. Sí, llegó el momento, vas a follarte a mi hija Irina.

Aquello era de locos: Jared MacAlister -aún jadeando y resoplando por el esfuerzo de resistencia realizado en la sesión de cosquillas a sus ahora, efectivamente, más que sudados pies descalzos- no se lo podía ni creer. ¿De verdad que, después de todo lo ocurrido, ahora aquel viejo pervertido le estaba exigiendo aquello? Era algo demencial y, con los ojos verdes abiertos como platos y la boca entreabierta de la sorpresa, Jared MacAlister solo fue capaz de pronunciar en un primer momento:

-¿Qué??

Entonces, comprobando divertido la estupefacción de su prisionero, Lester Sadowski terminó por aclararle con una sonrisa siniestra:

-Sí, Jared. ¿No es lo que querías, cabroncete? Te vas a follar a la puta de mi hija Irina. Te la vas a follar hasta que la dejes embarazada, chaval. Quiero que le hagas un hijo, un varón. Me gustan tus genes de machote y se los vas a transmitir a mi futuro nieto.


CONTINUARÁ

3, 2, 1... Nueva entrega del relato de ficción 'Garra Rufa'

Bien, me ha costado pero al fin estoy en condiciones de publicar una nueva entrega de la narración "Garra Rufa". Se trata del último fragmento de la tercera parte, así que será un poco más corto que el de la anterior entrega.

Espero que lo disfrutéis. He intentado que, aunque corto, sea un fragmento intenso y con variedad de formas de erotismo combinadas con pornografía. Como veréis, no es la última entrega ni mucho menos, ya que tengo previsto escribir como mínimo una cuarta parte, también publicada en subpartes. Ya llevo 47 páginas de word y eso me lleva a que deba concentrarme más para que el relato siga siendo coherente, je, je. Deseo estar lográndolo al menos un poco.

Por último, solo me queda daros las gracias por vuestros mensajes. Me animan mucho y me ayudan a seguir escribiendo y mantener la responsabilidad de seguir publicando, claro, e intentar deleitaros ni que sea una pizca. Gracias también a Marquez77 que, como otros, me ha mandado algún correo. Lo he visualizado tarde, Marquez, pero cuando lo intenté contestar, por algún problema técnico el servicio de mail me lo devolvió sin enviar. Bueno, espero que tú y los demás tengáis paciencia para conocer el final de "Garra Rufa". Seguid aportando vuestros comentarios, aportaciones, opiniones sobre qué debería pasar a continuación, valoraciones sobre qué os parece el relato, etc. Me encanta recibirlas tanto en el blog y el correo y ya os digo que me animan muchísimo.

Nada más, 3, 2, 1... Ahí va la Tercera parte.2 de "Garra Rufa".